Reformar una casa, cuando no se hace bien, puede ser una pesadilla. No solo es una inversión muy grande, sino que además tienes que confiar en muchos y diversos profesionales para hacer un proyecto del que puede que no tengas ningún conocimiento técnico.
Si además tu objetivo es vender la vivienda después de reformarla, es muy importante que te asegures de no cometer un error, ya que te podría salir muy caro. Si quieres que tu reforma salga bien, estos son los errores que debes evitar.
No saber lo que quieres.
Calcular mal el presupuesto.
Elegir mal a quien te hace la reforma.
Ignorar o desconocer la ley.
Dejarte llevar por tus gustos.
No saber lo que quieres.
La planificación es la clave del éxito en muchos ámbitos, y también a la hora de renovar tu casa. Antes de empezar a tirar tabiques, tómate el tiempo para sentarte y decidir qué es lo que necesitas, qué es lo que vas a hacer, qué prioridades tienes, y cómo te va a afectar la reforma en el futuro. No intentes acometer demasiadas tareas de una sola vez; es mejor hacer una sola reforma, y hacerla bien, que intentar reformar la casa entera y malgastar tu tiempo y dinero.
Al hacer el plan, quizá descubras que el muro que querías tirar es un muro de carga, o que el modelo de cocina del que te has enamorado realmente no encaja bien en tu vida. El momento de planificación es el mejor momento para cambiar de opinión tantas veces como necesites, ya que luego, una vez la reforma haya empezado, será todo mucho más difícil.
Además, así podrás anticiparte a posibles problemas que puedan surgir, y tener una solución preparada en el momento justo.
Calcular mal el presupuesto.
Muy relacionado con el punto anterior, es importantísimo calcular el presupuesto antes de empezar la reforma. Cuanto más exacto sea el número, mejor: Llama a arquitectos, electricistas, fontaneros, decoradores, y cualquier profesional que vaya a estar involucrado en tu reforma, y pide presupuestos para lo que quieres hacer. Gracias a tu plan, deberías ser capaz de conseguir un presupuesto bastante exacto.
Calcula siempre que la reforma va a costar más de lo que piensas, así que una vez que tengas la estimación de todo lo que quieres hacer, añade de un 10% a un 20% para imprevistos.
Como consejo, recomendamos que destines más presupuesto a aquello con lo que vayas a interactuar más, como los armarios o la cocina, y menos a temas decorativos como lámparas o azulejos.
Elegir mal a quien te hace la reforma.
Al igual que no elegirías a cualquiera para cuidar de tu familia, o ser tu médico, tampoco elijas a cualquiera para los trámites relacionados con tu vivienda, reforma incluída. Asegúrate de que la empresa o empresas que contrates para tu reforma tengan todos los papeles en regla, examina los proyectos que han hecho antes para ver si encajan con lo que quieres, y compara todo lo que te ofrece cada una.
Un error muy común es elegir a la empresa más barata, y no a la mejor. Puede suceder que la mejor sea la más económica, pero por lo general, el refranero popular no se equivoca: Lo barato sale caro.
Si después de comparar varias ofertas dudas entre dos, elige la empresa con la que te encuentres más cómodo. La reforma irá mucho mejor si sientes que puedes hablar con libertad con la gente que está trabajando en tu casa y existe una buena comunicación entre vosotros.
Ignorar o desconocer la ley.
Hacer una reforma en casa significa pedir un montón de permisos, conseguir licencias y pagar impuestos. Si no te informas, o peor aún, si ignoras la ley, puedes acabar recibiendo una multa o teniendo que dejar la obra a mitad.
Es probable que si has elegido bien tu empresa de reformas, ellos se encarguen del tema legal. Aún así, si prefieres asegurarte de todo por tu cuenta, acércate al ayuntamiento de tu localidad para informarte. Igualmente, entérate de las normas de la comunidad, y de si alguna de las reformas que quieres hacer afecta a zona común.
Por último, aunque no hay obligación legal, es mejor que avises a tus vecinos de que vas a empezar las obras. Especialmente en un lugar como Torrevieja, donde muchos de esos pisos pueden ser de uso vacacional, o alquileres, es buena idea avisar para que los vecinos puedan hacer sus planes.
Dejarte llevar por tus gustos.
Para gustos, colores, y precisamente por eso, a la hora de hacer una reforma tienes que intentar mantener un tono lo más neutro posible. Es mejor que guardes los detalles personales para elementos que se puedan quitar fácilmente, como decoración y muebles, y procures que las cosas difíciles de cambiar puedan ser atractivas para cualquiera.
Asegúrate buscar la función antes que la estética, y no te dejes llevar por las tendencias de diseño actuales, ya que podrían cambiar en cualquier momento.
De este modo, a la hora de vender tu vivienda, te asegurarás que la reforma realmente aumenta el valor de la misma, en lugar de dificultar las cosas porque has personalizado todo demasiado.
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